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Se trata de contraponer dos formas de percepción: la contemplación de una imagen fja enmarcada en un tiempo de contemplación administrado puramente por el espectador, y la percepción acústica, presentada en su propio tiempo. Al enfrentar estos dos planos de tiempos perceptuales diferentes, la muestra disuade al espectador de gobernar su atención, sugiriéndole que abra su escucha.

 

¿Los sonidos que se escuchan provienen del cuerpo de los personajes en las fotografías? ¿Son propios de aquellos instantes congelados? En la búsqueda de establecer un nexo entre imágenes y sonidos, la instalación sonora sumada a la serie de fotografías, le otorga un nuevo cuerpo a la muestra. Instaura una serie de preguntas que abren nuevas dimensiones narrativas. Puebla de materia y sentido lo que se escucha, a la vez que genera la renovación permanente de aquellas imágenes fjas delante de nuestros ojos. 

 

Canto 1 - soul

 

En un juego de reinvención permanente, la materia de la muestra es abordada desde una nueva perspectiva en la obra audiovisual denominada “Canto 1- soul.”. El video, de ocho minutos de duración, articula imagen y sonido alrededor de un acervo de memorias y experiencias personales de lo que hasta entonces a sido uno de los individuos plasmados en las fotografías. En una nueva forma de captura, la obra se vale del soporte audiovisual para perforar la imagen fotográfica y recrear en el tiempo la lógica del pensamiento que vive acaso en el interior del individuo en el instante capturado en las fotografías. En la búsqueda de darle cuerpo a este estado del alma, la obra pretende despertar un vínculo no racional entre espectador y lo que observa. La comprensión no consiste en el descubrimiento de un significado único y preciso, si no sumersión en un estado ominoso generado a partir de la concatenación de elementos concretos y “reales”. La obra, concebida para ser presentada en loop, de forma continua, y atendida de manera personal, -aislando al individuo del espacio mediante el uso de auriculares-, devuelve al espectador una nueva forma de mirar y revisitar las imágenes de la muestra. En la suma de las obras, la muestra busca producir la intersección momentánea de varias formas del sentir, persuadir al individuo a la entrega de su entendimiento; y desde un estado neutralizado del raciocinio palpar la materia imprecisa del ser.

MATT WHITBY

P H O T O G R A P H Y

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PAISAJE ADENTRO

 

Paisaje Adentro es una serie de dieciséis fotografías (Paisaje Adentro), una instalación sonora reproducida en loop, con una duración de veinte minutos por ciclo (Piel en continuum) y una obra audiovisual de ocho minutos de duración, reproducida en loop (Canto 1- soul).

 

La serie de fotografías que da el título a esta muestra trata el desnudo en el espacio. El cuerpo desnudo como manifestación sincera, desarmada y expuesta del ser, enfrenta un espacio que provoca un eco en su interior. La intersección momentánea de varias capas de sí. Una consciencia inasible que fuerza al individuo a la entrega del concepto de sí mismo. Un estado de extrañeza que produce la detención. 

 

Un vacío donde comulgan el ser y su entorno. Y desde ese estado se escapa una emoción. Como un espasmo. El reflejo del ser primitivo en el que nos desconocemos. En la reconstrucción fotográfica de ese momento de detención, la muestra busca generar una resonancia en el sentir del espectador, reproducir ese estado de comunión con el espacio sumiéndolo en una serie de espacios imaginarios: los espacios contenidos en la serie de fotografías (instantes detenidos), en una obra audiovisual (instantes en un devenir temporal) y alterando sensorialmente el espacio de la galería mediante una instalación sonora.

 

Piel en Continuum

 

Concebida junto al sonidista Rafael Álvarez en colaboración con dos bailarines, Piel en continuum es una partitura de sonidos generados por el roce de la piel y respiraciones en la interacción de dos cuerpos. Desde el silencio, breves interrupciones del cuerpo en el espacio, un suspiro, una lucha de apresamientos y choques que culminan en una danza fluida hasta la detención y el vacío. En la interacción entre las fotografías -ventanas a un espacio imaginario- y el sonido, la muestra busca trastocar la percepción del espacio subvirtiendo los valores de volumen, -el sonido de la piel y la respiración, pese a ser un sonido orgánico y permanente, es inaudible y ajeno- generando una nueva dimensión sensorial. 

“...Hay un reclamo a lo natural en la obra de Karin, un reproche. Nos reprocha el miedo al desnudo vital, a Pasar cotidianamente aburridos, desnudos y plantados entre las luces mirando la nada...”

 

Roberto Schettini

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